Carta a una señorita en París

Carta a una señorita en París es un relato del ilustre escritor argentino Julio Cortázar, nacido el 26 de agosto de 1914 y que murió el 12 de febrero de 1984. Cortázar fue ganador de premios de gran importancia como el Premio Médicis Etranger (1974) y el Premio Konex (1984). Relata la historia de un hombre que reside temporalmente en el hogar de una amiga pero el cual  sufre de una anomalía que hará destruir su hermoso hogar: el vomitar conejitos.

El relata presenta un léxico elaborado, el registro es formal. Tiene una extensión media de 11 páginas. Posee una trama rápida, el orden de los sucesos es lineal. El narrador utilizado en el relato es el narrador personaje, esto permite que en el relato el personaje ahonde más sus sensaciones y pensamientos al transcurso del relato. Los personajes que participan en la historia son: el narrador  y Sara. Julio Cortázar en este relato da a conocer su influencia del movimiento surrealista a través de crear un personaje con una anomalía tan onírica como el vomitar conejitos. “Cuando siento que voy a vomitar un conejito, me pongo dos dedos en la boca como una pinza abierta, y espero a sentir en la garganta la pelusa tibia que sube como una efervescencia de sal de frutas. Todo es veloz e higiénico, transcurre en un brevísimo instante. Saco los dedos de la boca, y en ellos traigo sujeto por la orejas un conejito blanco”.  Otro aspecto a destacar es la sutileza de como Cortázar describe los espacios. “Me es amargo entrar en un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración visible de su alma, aquí los libros (de un lado en español, del otro de francés e inglés), allí los almohadones verdes, en este preciso sitio de la mesita  el cenicero de cristal que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume, un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar […]”.  

Queridos lectores, les invito a deleitar de este fantástico relato de Julio Cortázar. Es un relato cargado de descripciones bien elaboradas que a través de las letras nos transportan a esos espacios imaginado por Cortázar. Al igual la historia narrada es muy entretenida a pesar de ser bastante experimental. Es un relato realmente majestuoso. 

                                                                                                     Por: Julio Pérez Cabrera ©