domingo, 13 de septiembre de 2015

Análisis literario del libro “Poesía española para jóvenes”

Análisis literario del libro “Poesía española para jóvenes”


 Poesía española para jóvenes es una antología de poemas de diversos autores españoles publicada por la Editorial Santillana. La selección de los poemas y el prólogo fue realizado por la investigadora argentina Ana Pelegrín y las hermosas ilustraciones por el dibujante español Juan Ramón Alonso. Los ochenta y siete poemas están organizados en cuatro capítulos cuyas temáticas se interconectan entre sí. Los capítulo son: Niños, doncellas y caballeritos (I); Esos días azules (II); La verde oliva (III) y finalmente, Hermosa tierra de España (IV). 

Esta colección posee una variedad de poetas (la gran mayoría del siglo XX) cuyas obras han sido consideradas universales, de estos podemos mencionar a: Federico García Lorca, Rafael Alberti, José Hierro, Ramón Valle-Inclán, Gabriel Celaya, Miguel de Unamuno, Lope de Vega, entre otros tantos. Los autores seleccionados, no son  pertenecientes a los mismos movimientos poéticos, sin embargo algunos de los movimientos donde muchos de estos pertenecieron son: romanticismo (Francisco Quevedo), generación del 98 (Antonio Machado), postmodernismo (Juan Ramón Jiménez) y la  generación del 27 (Rafael Alberti).

Esta es la razón de la pluralidad estilística que se puede observar en los poemas de esta colección. No obstante  en temática, si hacemos una abstracción general de los textos, se acaudillan a un mismo punto en común: la naturaleza observada por el ojo avizor del poeta.

“Tendido junto al mar
cierro los ojos
y hasta la oscuridad
se vuelve oro,
mientras las olas suenan
cercanas,
como
una gran caracola
donde está todo.”
 (Jaime Ferrán. La playa larga)

Los tres primeros capítulos están compuestos por poemas que describen instantes donde tienen presencia objetos (“Balón, “Ciclistas”), animales (“El ruiseñor, “La oveja perdida”), plantas (“Chopos””, Verde, verderol) y humanos (“Soledades”, “Canción primaveral”). El cuarto capítulo, recopila unos cuantos romances (“La misa mayor”, “Monjita a la fuerza”). Hay que destacar que los romances son poemas narrativos de una gran variedad temática que marcaron la identidad de la tradición oral española. En la antigüedad solían ser declamados y cantados por los trovadores.  En efecto, la importancia que tienen los romances para la cultura española es inmensa, esta deber ser la razón por el cual Ana Pelegrín los colocó en el último capítulo.

Al ser una colección de diversos autores, la cantidad de las figuras retóricas empleada es exorbitante. En cambio, los tropos más comunes que se presentan en los poemas son: la aliteración, la metáfora y la repetición.

 He aquí algunos fragmentos que validan lo expuesto anteriormente.
-Aliteración
“Piraguamonte, piragua,
piragua, jevizarizagua.”
                                            (Lope de  Vega. Piraguamonte, piragua...)

“Dedales, dales, de plata,
y en raso rosa con perlas
pespuntes, puntes, de agujas,
con sartas, sartas, de estrellas.”
(Adriano Del Valle. La divina pastora)

-Metáfora
“¡La miel blanca de la Alcarria!
¡Dorado olor a nostalgia!”
(Concha Zardoya. Cancioncillas de ausencias)

“Mi patria es un viento
que no tiene dueño
en el mar abierto.”
(Concha Zardoya. Mi patria es un viento)

“En la boca del lobo
perdió la vida.”
(Enrique Díez Canedo. La oveja perdida)


Repetición
“Estrellas del último
cielo de verano,
Vilanitos tenues,
vilanitos claros.”
(Mauricio Barcarise. Vilanos)


“Tres morillas me enamoran
en Jaén:
Axa, Fátima y Marién.

Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas.”
(Anónimo. Tres morillas me enamoran)

“Creemos al hombre nuevo
cantando.
El hombre nuevo de España,
cantando.
El hombre nuevo del mundo,
cantando.”
(Rafael Alberti. Canción)

Aunque el libro está destinado a los jóvenes, puede ser leído por adultos y causarle el mismo interés, ya que son poemas que no están destinados a ninguna edad específica sino al humano en sí.  Un poema nos puede transportar a dimensiones distintas a la que nos ofrece la realidad. Además, nos despierta sensaciones que tal vez nunca experimentaremos realizando otra acción. En definitiva, leer un libro de poemas nunca será una pérdida de tiempo. Es por esta razón que invito a deleitar esta colección.

Como decía el poeta estadounidense  Robert Penn Warren: “En el fondo, un poema no es algo que se ve, sino la luz que nos permite ver. Y lo que vemos es la vida”.

Por: Julio Pérez Cabrera