Análisis literario del
libro “Poesía española para jóvenes”
Esta colección posee
una variedad de poetas (la gran mayoría del siglo XX) cuyas obras han sido
consideradas universales, de estos podemos mencionar a: Federico García Lorca,
Rafael Alberti, José Hierro, Ramón Valle-Inclán, Gabriel Celaya, Miguel de
Unamuno, Lope de Vega, entre otros tantos. Los autores seleccionados, no
son pertenecientes a los mismos
movimientos poéticos, sin embargo algunos de los movimientos donde muchos de estos
pertenecieron son: romanticismo (Francisco Quevedo), generación del 98 (Antonio
Machado), postmodernismo (Juan Ramón Jiménez) y la generación del 27 (Rafael Alberti).
Esta es la razón de la
pluralidad estilística que se puede observar en los poemas de esta colección.
No obstante en temática, si hacemos una
abstracción general de los textos, se acaudillan a un mismo punto en común: la
naturaleza observada por el ojo avizor del poeta.
“Tendido junto al mar
cierro los ojos
y hasta la oscuridad
se vuelve oro,
mientras las olas suenan
cercanas,
como
una gran caracola
donde está todo.”
(Jaime Ferrán. La playa larga)
Los tres primeros
capítulos están compuestos por poemas que describen instantes donde tienen
presencia objetos (“Balón, “Ciclistas”), animales (“El ruiseñor, “La oveja
perdida”), plantas (“Chopos””, Verde, verderol) y humanos (“Soledades”, “Canción
primaveral”). El cuarto capítulo, recopila unos cuantos romances (“La misa
mayor”, “Monjita a la fuerza”). Hay que destacar que los romances son poemas
narrativos de una gran variedad temática que marcaron la identidad de la
tradición oral española. En la antigüedad solían ser declamados y cantados por
los trovadores. En efecto, la
importancia que tienen los romances para la cultura española es inmensa, esta
deber ser la razón por el cual Ana Pelegrín los colocó en el último capítulo.
Al ser una colección
de diversos autores, la cantidad de las figuras retóricas empleada es
exorbitante. En cambio, los tropos más comunes que se presentan en los poemas
son: la aliteración, la metáfora y la repetición.
He aquí algunos fragmentos que validan lo
expuesto anteriormente.
-Aliteración
“Piraguamonte, piragua,
piragua, jevizarizagua.”
(Lope de Vega. Piraguamonte,
piragua...)
“Dedales, dales, de plata,
y en raso rosa con perlas
pespuntes, puntes, de agujas,
con sartas, sartas, de estrellas.”
(Adriano Del Valle. La divina pastora)
-Metáfora
“¡La miel blanca de la Alcarria!
¡Dorado olor a nostalgia!”
(Concha Zardoya. Cancioncillas de ausencias)
“Mi patria es un viento
que no tiene dueño
en el mar abierto.”
(Concha Zardoya. Mi patria es un viento)
“En la boca del lobo
perdió la vida.”
(Enrique Díez Canedo. La oveja perdida)
Repetición
“Estrellas del último
cielo de verano,
Vilanitos tenues,
vilanitos claros.”
(Mauricio Barcarise. Vilanos)
“Tres morillas me enamoran
en Jaén:
Axa, Fátima y Marién.
Tres morillas tan garridas
iban a coger olivas.”
(Anónimo. Tres morillas me enamoran)
“Creemos al hombre nuevo
cantando.
El hombre nuevo de España,
cantando.
El hombre nuevo del mundo,
cantando.”
(Rafael Alberti. Canción)
Aunque el libro está
destinado a los jóvenes, puede ser leído por adultos y causarle el mismo interés,
ya que son poemas que no están destinados a ninguna edad específica sino al
humano en sí. Un poema nos puede transportar
a dimensiones distintas a la que nos ofrece la realidad. Además, nos despierta
sensaciones que tal vez nunca experimentaremos realizando otra acción. En
definitiva, leer un libro de poemas nunca será una pérdida de tiempo. Es por
esta razón que invito a deleitar esta colección.
Como decía el poeta estadounidense Robert Penn Warren: “En el fondo, un poema no
es algo que se ve, sino la luz que nos permite ver. Y lo que vemos es la vida”.
Por: Julio Pérez Cabrera